Mi pregunta favorita de niña era «¿y por qué?». Mi curiosidad por la naturaleza me llevó a especializarme en la Bioquímica. Investigo cómo funcionan las enzimas, moléculas complejas y eficientes que actúan como «facilitadoras» en los procesos químicos del cuerpo. Para ello utilizo técnicas avanzadas como la cristalografía de rayos X, que aprendí en Heidelberg, Alemania. El estudio de enzimas de patógenos ayuda a encontrar nuevas formas de combatirlos, diseñando compuestos que bloquean su actividad. Además, hay enzimas que pueden utilizarse como biocatalizadores para una industria más limpia y respetuosa con el medio ambiente.
Considero fundamentales las medidas que promuevan la igualdad de oportunidades. Me siento afortunada de colaborar al avance del conocimiento científico y animo a niñas y adolescentes a que se lancen a la aventura de la ciencia. ¡Investigar es un aprendizaje constante y apasionante!
Soy Marta Mª Martínez Júlvez, doctora en Ciencias (Bioquímica), profesora del departamento de Bioquímica y Biología Molecular y Celular de la Facultad de Ciencias e investigadora del Instituto Universitario BIFI. Desde pequeña, siempre fui una niña aplicada y estudiosa a la que le gustaba aprender cosas nuevas. Tenía curiosidad por el mundo que me rodeaba, lo que me llevaba a hacer muchas preguntas. Según contaban mis padres, mi pregunta favorita era «¿y por qué?». Siempre me ha gustado leer de todo un poco y, aunque en el colegio me interesaban diferentes materias, las ciencias naturales eran las que más llamaban mi atención. Recuerdo un par de profesoras que me ayudaron a decidirme por la Biología y la Química. Cuando tuve que elegir carrera, pensé incluso en estudiar Derecho, pero al final me decidí por las ciencias, en concreto por la Química, aunque me hubiera gustado estudiar Biología pero tenía que irme fuera. Pienso que mi constancia y mis ganas de aprender han sido fundamentales para alimentar mi interés por el conocimiento científico que sigue siendo una parte importante en mi vida.
Cuando terminé mis estudios de licenciatura en Química, en la especialidad de Química Orgánica, entré en el Departamento de Bioquímica de la Facultad de Ciencias, ya que la parte "bio" de la Química era la que más me gustaba. Allí realicé mi Tesis Doctoral, centrándome en el estudio de una enzima clave en el proceso de la fotosíntesis. Al finalizar, tenía claro que quería ampliar mi formación en un entorno internacional, por lo que me fui a Heidelberg, Alemania, donde durante tres años me formé en la técnica de cristalografía de rayos X para el estudio de la estructura de macromoléculas a nivel atómico. Esta estancia no solo me permitió profundizar en mi área de investigación, sino también ampliar mi perspectiva al trabajar en un ambiente multicultural y colaborar con científicos de distintas partes del mundo. Gracias a esta formación avanzada y enriquecedora, regresé a la Universidad de Zaragoza con un conocimiento sólido y actualizado con el que contribuir en mi grupo de investigación. Mis investigaciones actuales se centran en las enzimas, que son moléculas muy complejas y eficientes que actúan como «facilitadoras» en los procesos químicos del cuerpo. Su función es acelerar reacciones que, de otro modo, serían muy lentas o no sucederían con facilidad. Son como pequeñas herramientas especializadas que hacen que el cuerpo funcione de manera eficiente y en el momento adecuado. Mi objetivo es entender cómo funcionan en diversos organismos para aprovecharlas en aplicaciones terapéuticas y biotecnológicas. El estudio de las enzimas de microorganismos patógenos nos ayuda a encontrar nuevas formas de combatirlos. Estas proteínas son esenciales para que dichos microorganismos sobrevivan, por lo que, si logramos diseñar compuestos que bloqueen su actividad, se podrán desarrollar nuevos medicamentos para tratar infecciones de manera más efectiva. Además, algunas de estas enzimas tienen un gran potencial para su uso en la industria, ya que pueden acelerar reacciones químicas importantes. Esto podría facilitar la producción de sustancias valiosas de forma más limpia y respetuosa con el medio ambiente.
Soy la segunda de cuatro hermanos, dos chicas y dos chicos, y mis padres nos educaron con igualdad, en una época en la que este tema no era tan visible como lo es hoy en día. Mi condición de mujer no me limitó para elegir mis estudios. Sin embargo, al regresar de Alemania y formar mi propia familia, fui consciente de que la crianza de los hijos suele recaer más en las mujeres que en los hombres. En mi caso, mis dos hijos son, sin duda, mis mayores logros. He tenido la suerte de contar con apoyo para criarlos, lo que me ha permitido seguir activa en el mundo de la ciencia. Por ello, considero fundamentales las medidas que promuevan la igualdad de oportunidades, permitiendo que el talento se aproveche plenamente sin que los roles de género tradicionales limiten el desarrollo profesional.
Me siento profundamente afortunada de ser científica y poder aportar algo al avance del conocimiento científico. Además, mi trabajo me ha brindado momentos emocionantes y divertidos, lo que lo hace aún más gratificante. Por eso, quiero animar a todas las niñas y adolescentes que sienten curiosidad por el mundo y disfrutan haciéndose preguntas y buscando respuestas a que se lancen a la aventura de la ciencia. Investigar es mucho más que encontrar respuestas: es una aventura de aprendizaje constante y apasionante.